Significado de Querubín (Definición, Qué es, Concepto) [2021]

Querubín

Definición de Querubín y su Importancia

1. En teología, cada uno de los espíritus celestes que forman el segundo coro de la suprema jerarquía angélica, y que se caracterizan por la plenitud de ciencia con que contemplan la belleza divina: los querubines son los servidores y mensajeros de Dios.
2. [Por extensión] Representación pictórica de estos espíritus como niños alados: soñe que dos querubines me subían a una nube esponjosa.
3. [Uso figurado] Persona de gran belleza (especialmente un niño pequeño): mira que bebé tan mono, ¡si parece un querubín!; ¿dónde encontraré un querubín que me quiera?

Sinónimos
Querub, querube, serafín, ángel, hermoso, bello.

Antónimos
Demonio, diablo, desangelado, feo.

(1)[Religión] Querubín.

Derivado del hebreo kerub 'próximo, héroe', con este término se designa a una de las criaturas aladas y celestiales que, en el mundo cristiano, se denomina ángel; concretamente, el querubín es el segundo en la jerarquía celestial, únicamente por debajo de los arcángeles. En la primitiva angelología, la diferencia entre los querubines y los ángeles estaba establecida en base a su forma, que era antropomórfica para los segundos y zoomórfica para los primeros. Es muy posible que tanto la raíz zoomórfica de los querubines como el origen etimológico del vocablo procedan del mundo mesopotámico, donde se han encontrado restos arqueológicos de pequeñas divinidades aladas, usadas como adornos en el mobiliario de los templos, llamadas en acadio kuribu, cuyo significado era el de 'el espíritu alado que bendice'.

Los querubines fueron descritos en numerosos pasajes del Antiguo Testamento: ya en el propio Génesis (III, 24) se les nombra como las criaturas que, por mandato de Yahvé, guardaban la puerta del Paraíso, inaugurando una serie de descripciones que siempre les asocian con el transporte fastuoso de Dios, como aparece en los Salmos (XVIII, 11), cabalgando sobre ellos o siendo transportado por ellos. De idéntico modo, la representación más eficaz de esta doble esencia, como guardianes y como medio de transporte divino, con la que contaron en el mundo hebreo, quedó puesta totalmente de manifiesto en el más importante objeto sagrado de los judíos: el Arca de la Alianza (véase arca). En ella, dos estatuas áureas con la imagen de dos querubines protegían la guarda superior del Arca, y el espacio vacío representado por el límite de sus alas era, tradicionalmente, el lugar en el que Yahvé comunicaría sus mandatos a los rabinos sacerdotales. Algo más posteriores son las profusas y detalladas descripciones que de los querubines hace el Libro de Ezequiel: "Y sobre las cabezas de tales criaturas había algo que asemejaba una expansión de chispas sobrecogedora, extendida en derredor de sus cabezas; / bajo su cuello, sus alas estaban rectas, en bella expansión, una junto a la otra. Cada uno tenía dos alas que le cubrían [...] / Y llegué a oír el sonido de sus alas, un sonido como el del agua en movimiento, como el del Todopoderoso Yahvé, el sonido de un tumulto que únicamente cesaba cuando detenían su batida" (Ezequiel, I, 22-24). El mismo profeta describió que las cabezas de los querubines semejaban la testa de un toro, por lo que es posible que la asimilación zoomórfica guarde relación con el tradicional símbolo de la fertilidad masculina en la espiritualidad mediterránea.

La imagen del querubín se hizo muy popular en el arte hebreo; no en vano, dos colosales estatuas de más de cuatro metros de altura y anchura presidían la entrada interior al Templo de Salomón, el cual también contaba, en el propiciatorio o sancta sanctorum, con varias estatuas áureas de las divinidades aladas. Ello inauguró, en clave artística, la espléndida unión de los querubines con la escultura de todas las civilizaciones, siendo una de las figuras más profusamente representadas en todo el arte sacro. Los querubines también pasaron a engrosar las filas de la angelología cristiana, donde se les despojó de su condición zoomórfica (solapando, de paso, el mito pagano de la fertilidad masculina) y también al Islam, donde, como en el caso de Yahvé, los querubines simbolizan la alianza perpetua entre los creyentes y Allah. Naturalmente, la prohibición islámica de las representaciones religiosas iconográficas hace que únicamente el Corán describa a los querubines, pero en el resto de doctrinas han sido objeto de muchas obras pictóricas y escultóricas.

Concepto de Querubín y Qué es

Querubín es un término que deriva del latín cherŭbin, pero cuyos antecedentes etimológicos más lejanos se encuentran en la lengua hebrea. Se trata de un concepto que se emplea en el ámbito de la religión para nombrar a una cierta clase de espíritus celestes.
Los querubines son ángeles que, dentro de los denominados coros angélicos, componen el segundo coro (el primero está formado por los serafines) de acuerdo al catolicismo. Representados como niños alados, los querubines protegen la gloria divina.
La teología indica que quienes ven a los querubines son aquellos que se encuentran en un estado de elevación, con el cielo a su alcance. De acuerdo a lo que se desprende de la Biblia, los querubines tienen la finalidad de alabar a Dios y de recordar a la humanidad la gloria divina.
Los querubines también pueden agruparse y servir como medio de desplazamiento ya que se movilizan como “relámpagos”, según las Sagradas Escrituras.
En el lenguaje coloquial, se utiliza la noción de querubín para nombrar a un individuo joven y de gran belleza. Por ejemplo: “La mujer, orgullosa, se paseaba con su querubín para presumir ante las vecinas”, “El querubín robaba suspiros a todas las jóvenes del pueblo, que soñaban con su compañía”.
Querubín, por otra parte, es el nombre de una marca argentina de productos de limpieza. Jabón en polvo para lavar la ropa, suavizantes, detergentes, lavandinas y desinfectantes llevan esta denominación comercial.
El artista mexicano Edgar Clement, por último, tituló como “Kerubim y otros cuentos” a uno de sus trabajos literarios.

Significado de Querubín y sus Usos

Definición: Querubín (Cherubim en hebreo según los cabalistas) son un grupo de ángeles que ellos asocian especialmente con el sephira, "vigilantes". El Génesis coloca querubines para guardar el Edén perdido, y el Antiguo Testamento se refiere muchas veces a ellos como dos figuras de oro aladas; en el Sanctum Sanctorum del templo de Salomón veíanse colosales imágenes de la misma clase de ángeles. Ezequiel los describe en poético lenguaje. Cada querubín parece haber sido una figura compuesta de cuatro caras (de hombre, águila, león y toro) y sin duda alguna estaban alados. Muchas otras naciones han exhibido figuras parecidas como símbolos de la Deidad; por ejemplo, los egipcios, en sus imágenes de Serapis, como describe Macrobio en su Saturnalia; los griegos tenián a Hécate de tres cabezas, y los Latinos tenían también imágenes de Diana con tres caras, según nos informa Ovidio en su ECCE PROCUL TERNIS HECATE VARIATA FIGURIS. Virgilio la describe asimismo en el libro cuarto de la Eneida. Porfirio y Eusebio escriben otro tanto de Proserpina. Los vándalos tenían una divinidad provista de muchas cabezas, a la cual daban el nombre de Triglaf. Las antiguas razas germánicas tenían el ídolo Rodigast con cuerpo humano y cabeza de toro, águila y hombre. Los persas tenían algunas figuras de Mithras con cuerpo de hombre, cabeza de león y cuatro alas. Añádanse a esto las quimeras, las esfinges de Egipto, Moloch y la Astarté de los sirios



Última actualización de esta pagina el 24 de Diciembre de 2020

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