Puntos Sobresalientes de Éxodo 1 a 6

Puntos sobresalientes de la lectura de la Biblia: Éxodo 1 - 2 - 3 - 4- 5 - 6

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Éxodo 1 a 6

Puntos sobresalientes del libro de Éxodo

ES UNA historia real de la liberación de un grupo de personas a quienes se les hizo vivir como “esclavos bajo tiranía” (Éxodo 1:13). También es el emocionante relato del nacimiento de una nación. Entre sus cautivadores aspectos figuran los siguientes: asombrosos milagros, excelente legislación y la construcción del tabernáculo. En esencia, esta es la información que se encuentra en el libro bíblico de Éxodo.
Éxodo, escrito por el profeta hebreo Moisés, relata las experiencias de los israelitas durante un período de ciento cuarenta y cinco años, desde la muerte de José, en 1657 a.E.C., hasta que se terminó de construir el tabernáculo, en 1512 a.E.C. No obstante, el relato es más que simple historia. Es parte de la palabra, o mensaje, de Dios a la humanidad. Como tal, “es viva, y ejerce poder” (Hebreos 4:12). Por lo tanto, Éxodo tiene verdadero significado para nosotros.

‘DIOS OYÓ EL GEMIDO DEL PUEBLO’

(Éxodo 1:1–4:31)
Los descendientes de Jacob que viven en Egipto aumentan en número tan rápidamente que por mandato real se les esclaviza con crueldad. El faraón reinante hasta decreta que se dé muerte a todo varón israelita que nazca. Escapa con vida un bebé de tres meses llamado Moisés, y es adoptado por la hija de Faraón. Aunque Moisés se cría en la casa real, a la edad de 40 años se pone de parte de su propio pueblo y mata a un egipcio (Hechos 7:23, 24). Se ve obligado a huir, y va a Madián, donde se casa y vive como pastor. Ante una zarza que arde milagrosamente, Jehová le da la comisión de volver a Egipto y liberar a los israelitas de la esclavitud. Se nombra a su hermano Aarón para que sea su portavoz.
Respuestas a preguntas bíblicas:
3:1. ¿Qué clase de sacerdote era Jetró? En los días de los patriarcas, el cabeza de la familia servía en calidad de sacerdote de ella. Parece que Jetró era el cabeza patriarcal de una tribu de madianitas. Como estos eran descendientes de Abrahán mediante Queturá, tal vez conocían la adoración de Jehová (Génesis 25:1, 2).
4:11. ¿En qué sentido ‘asigna Jehová a los mudos, sordos y ciegos’? Aunque ha habido ocasiones en que Jehová ha causado ceguera y sordera, no es responsable de todas las discapacidades de esa clase (Génesis 19:11; Lucas 1:20-22, 62-64). Dichos defectos son el resultado del pecado heredado (Job 14:4; Romanos 5:12). Ahora bien, como Dios ha permitido que exista esta situación, podía decir, con referencia a sí mismo, que “asignó” a los mudos, sordos y ciegos.
4:16. ¿Cómo ‘serviría Moisés de Dios’ para Aarón? Moisés era un representante de Dios. Por eso, llegó a ser como “Dios” para Aarón, quien hablaba en representación de Moisés.
Lecciones para nosotros:
1:7, 14. Jehová apoyó a su pueblo cuando este se hallaba oprimido en Egipto. De igual manera, sostiene a sus Testigos de la actualidad, incluso cuando afrontan cruel persecución.
1:17-21. Jehová nos recuerda “para bien” (Nehemías 13:31).
3:7-10. Jehová responde al clamor de su pueblo.
3:14. Jehová cumple sin falta sus propósitos. Por eso podemos confiar en que convertirá en una realidad nuestras esperanzas basadas en la Biblia.
4:10, 13. Moisés dudaba tanto de su capacidad de hablar que incluso cuando se le aseguró que tendría el apoyo divino, rogó a Dios que enviara a otra persona para hablar con Faraón. Sin embargo, Jehová lo utilizó a él y le dio la sabiduría y la fortaleza necesarias para llevar a cabo su asignación. En lugar de centrarnos en nuestras limitaciones, confiemos en Jehová y cumplamos fielmente nuestra comisión de predicar y enseñar (Mateo 24:14; 28:19, 20).

ASOMBROSOS MILAGROS RESULTAN EN LIBERACIÓN

(Éxodo 5:1–15:21)
Moisés y Aarón comparecen ante Faraón y piden que permita a los israelitas celebrar una fiesta a Jehová en el desierto. El gobernante egipcio, desafiante, rehúsa dar permiso. Jehová utiliza a Moisés para ocasionar un golpe intenso tras otro. Faraón no deja ir a los israelitas sino hasta que sufre la décima plaga. No obstante, poco después él y sus fuerzas militares se lanzan en persecución de ellos. Pero Jehová proporciona a su pueblo una salida de escape a través del mar Rojo y los salva. Los egipcios que los persiguen se ahogan cuando el mar se cierra.
Respuestas a preguntas bíblicas:
6:3. ¿En qué sentido no se había dado a conocer el nombre de Dios a Abrahán, Isaac y Jacob? Aunque estos patriarcas emplearon el nombre divino y recibieron promesas de Jehová, no conocieron a Jehová como el Cumplidor de dichas promesas (Génesis 12:1, 2; 15:7, 13-16; 26:24; 28:10-15).

Repaso de la Escuela del Ministerio Teocrático abril 2014

5ª Pregunta.
¿Qué nos enseña Éxodo 3:7-10 acerca de Jehová? [31 de Marzo., w09 1/3 pág. 15 párrs.3-6.]
w09 1/3 pág. 15 “Conozco bien los dolores que sufren”
¿Por qué estaba Dios hablando con Moisés? “He visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto —explicó Jehová—, y he oído el clamor de ellos a causa de los que los obligan a trabajar; porque conozco bien los dolores que sufren.” (Versículo 7.) Como vemos, Dios no cerró los ojos ante el sufrimiento de sus siervos ni hizo oídos sordos a sus súplicas, sino que se compadeció profundamente de ellos. De hecho, afirmó: “Conozco bien los dolores que sufren”. Con respecto a las palabras “conozco bien”, cierta obra de consulta explica: “Esta expresión indica compasión, delicadeza y ternura”. En efecto, lo que Jehová le dijo a Moisés demuestra que Dios se interesa de corazón por su pueblo.
Desde luego, Dios no se limitó a condolerse o sentir lástima, sino que se sintió impulsado a hacer algo por ellos. Así, se propuso liberarlos de Egipto y llevarlos “a una tierra que mana leche y miel” (versículo 8). Con ese objetivo, Jehová le dijo a Moisés: “Saca [...] de Egipto a mi pueblo” (versículo 10). Este cumplió fielmente con su misión y, en el año 1513 antes de nuestra era, lideró la liberación de Israel.
Jehová no ha cambiado desde entonces. También hoy sus siervos fieles pueden confiar en que Dios ve su situación y escucha sus peticiones de ayuda. Sin lugar a dudas, conoce bien los dolores que sufren. Y, como en el pasado, no se limita a sentir compasión, sino que actúa y los ayuda. ¿Por qué? “Porque él se interesa” profundamente por sus siervos (1 Pedro 5:7).
A todos nos llena de esperanza saber que Jehová es un Dios tan compasivo. Aunque somos imperfectos, él nos ayuda a ser santos —es decir, limpios y puros— en cierta medida y nos da su aprobación (1 Pedro 1:15, 16). Así lo demuestra el caso de cierta cristiana que luchaba contra el desánimo y la depresión. Ella misma explica cuánto la consoló reflexionar en el relato de la zarza ardiente. “Si Jehová hizo que aquel sucio suelo fuera santo, entonces tal vez pueda hacer lo mismo por mí —razona ella—. Pensar en esto me ha ayudado muchísimo.”

6ª Pregunta.-
¿Cómo cumplió Jehová uno de los aspectos del significado de su nombre en los días de Moisés? (Éxodo. 3:14,15.) [31 de Marzo., w13 15/3 págs. 25,26 párrs.5, 6.]
w13 15/3 págs. 25,26 párrs.5, 6
5. ¿Cómo aclaró Jehová el significado de su nombre cuando le respondió a Moisés?
6. ¿Cómo fue Jehová completamente fiel a su gran nombre?
5 ¿Cómo respondió Jehová a la pregunta de Moisés? En parte, dijo: “Esto es lo que has de decir a los hijos de Israel: ‘YO RESULTARÉ SER me ha enviado a ustedes. [...] Jehová el Dios de sus antepasados [...] me ha enviado a ustedes’ ”. El nombre de Dios es una forma del verbo Hebreo que significa “llegar a ser”. En concreto, el nombre Jehová significa “ El Causa [o Hace] Que Llegue a Ser” (Gén. 2:4, nota). Dios prometió que llegaría a ser lo que él decidiera ser para cumplir su propósito, es decir, que siempre resultaría fiel a su palabra. Por lo tanto, en el versículo 15 leemos que Jehová mismo dijo: “Este es mi nombre hasta tiempo indefinido, y este es la memoria de mí a generación tras generación”. Tal revelación debió de fortalecer muchísimo la fe de Moisés y llenarlo de temor reverente.
JEHOVÁ FUE FIEL A SU NOMBRE
6 Poco después de dar su comisión a Moisés, Jehová fue completamente fiel a su gran nombre “resultando ser” el Libertador de Israel. Humilló a Egipto con 10 terribles plagas, con las que puso al descubierto la impotencia de los dioses egipcios, incluido el faraón (Éx. 12:12). Entonces dividió el mar Rojo, condujo a Israel a través de él y ahogó en sus aguas al faraón y su ejército (Sal. 136:13-15). En “el desierto grande e inspirador de temor”, “resultó ser” el gran Conservador de la vida: le dio alimento y agua a su pueblo, que se componía de dos o tres millones de personas o hasta más. Y no solo eso. Durante todo ese tiempo, las prendas de vestir y las sandalias no se les gastaron (Deut. 1:19; 29:5). Como vemos, nada puede impedirle a Jehová ser fiel a su incomparable nombre. Más adelante le declaró a Isaías: “Yo... yo soy Jehová, y fuera de mí no hay salvador” (Is. 43:11).

Capítulo 1:


w03 1/7 pág. 19 párrs. 21-22 “Dios es amor”
21, 22. ¿Qué experimentaron los israelitas en el antiguo Egipto, y cómo respondió Jehová a sus clamores?
21 ¿Cómo muestra Jehová la compasión de un padre amoroso? Esta cualidad resulta evidente en el trato que dispensó al antiguo Israel. A finales del siglo XVI a.E.C., millones de israelitas vivían bajo el yugo opresor de los egipcios (Éxodo 1:11, 14). En medio de sus tribulaciones, imploraron la ayuda de Jehová. ¿Cómo respondió el Dios de la compasión?
22 Jehová se conmovió y dijo: “He visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído el clamor de ellos [...]; porque conozco bien los dolores que sufren” (Éxodo 3:7). No pudo menos que apiadarse al ver sus padecimientos y oír sus clamores, pues es un Dios que demuestra empatía (la capacidad de sentir en sí mismo el sufrimiento ajeno), virtud muy relacionada con la compasión. Pero él no solo se condolió de su pueblo, sino que se sintió impulsado a auxiliarlo. Como indica Isaías 63:9: “En su amor y en su compasión él mismo los recompró”. “Con mano fuerte” rescató a los israelitas de Egipto (Deuteronomio 4:34). Luego les proporcionó alimento milagroso y los condujo libres a una tierra fértil que pasó a ser suya.

w03 1/11 págs. 8-9 párrs. 3-4 Mujeres que regocijaron el corazón de Jehová
3, 4. a) ¿Por qué no obedecieron Sifrá y Puá cuando el Faraón ordenó que se diera muerte a todo varón israelita recién nacido? b) ¿Cómo recompensó Jehová a las dos parteras por su valor y temor piadoso?
3 En los juicios de Nuremberg que tuvieron lugar en Alemania al término de la segunda guerra mundial, muchos acusados de genocidio trataron de excusar sus crímenes aduciendo que simplemente habían obedecido órdenes. Pues bien, comparemos a estas personas con dos parteras israelitas, Sifrá y Puá, que vivieron en el antiguo Egipto durante el reinado de un faraón tiránico a quien no se identifica. Temiendo que la población hebrea creciera, el Faraón ordenó a las parteras que dieran muerte a todo varón hebreo recién nacido. ¿Qué hicieron ellas ante una orden tan horrible? “No hacían como les había hablado el rey de Egipto, sino que conservaban vivos a los varoncitos.” ¿Por qué no sucumbieron estas mujeres al temor al hombre? Porque “temían al Dios verdadero” (Éxodo 1:15, 17; Génesis 9:6).
4 Así es, aquellas parteras se refugiaron en Jehová, y él fue un “escudo” para ellas, protegiéndolas de la ira del Faraón (2 Samuel 22:31; Éxodo 1:18-20). Pero Jehová no solo las bendijo de esta forma. También recompensó a Sifrá y Puá concediéndoles tener su propia familia, e incluso las honró haciendo que sus nombres y hechos quedaran recogidos en su Palabra inspirada para generaciones futuras, mientras que el nombre de aquel Faraón se ha perdido en las arenas del tiempo (Éxodo 1:21; 1 Samuel 2:30b; Proverbios 10:7).

w90 1/11 págs. 25-26 párr. 12 Nuestra sujeción relativa a las autoridades superiores
12. ¿Qué ejemplos bíblicos tenemos de siervos de Dios que rehusaron obedecer cuando la autoridad hizo exigencias irrazonables?
12 Los siervos de Dios siempre han reconocido que hay límites a la sujeción que por conciencia deben a las autoridades superiores. Para el tiempo en que Moisés nació, allá en Egipto, Faraón mandó a dos parteras hebreas que dieran muerte a todos los varones hebreos recién nacidos. Sin embargo, las parteras conservaron vivos a los niñitos. ¿Estuvieron equivocadas al desobedecer a Faraón? No; estaban siguiendo la conciencia que Dios les había dado, y Dios las bendijo por ello. (Éxodo 1:15-20.) Cuando Israel estaba en el destierro en Babilonia, Nabucodonosor exigió que sus funcionarios, entre ellos los hebreos Sadrac, Mesac y Abednego, se inclinaran ante una imagen que él había colocado en la llanura de Dura. Los tres hebreos rehusaron. ¿Estaban equivocados? No, pues el seguir el mandato del rey habría significado desobedecer la ley de Dios. (Éxodo 20:4, 5; Daniel 3:1-18.)

Capítulo 2:


w86 1/11 pág. 28 párr. 9 Problemas de familia resueltos mediante el consejo bíblico
9. ¿Cómo pueden los padres cristianos imitar el ejemplo de la madre de Moisés?
9 El padre incrédulo que tiene derechos de visita quizás procure ganarse el favor de su hijo por medio de darle muchos regalos, proveerle entretenimiento costoso y otras formas de recreación. Jokébed, la madre de Moisés (y su padre Amram, si todavía estaba vivo) sabía a lo que Moisés tendría que enfrentarse al ser entregado a la hija del Faraón. Por eso, no hay duda de que procuró desarrollar en él un sentido de valores mientras él continuó con ella. (Éxodo 2:1-10.) A pesar de que se encaró con los tentadores “tesoros de Egipto”, Moisés escogió obedecer los principios piadosos. ¡Él ‘estimó’ sus privilegios espirituales como verdaderas riquezas! (Hebreos 11:23-26.) De manera similar, los padres cristianos deben preparar a sus hijos para enfrentarse a tales tentaciones mediante considerar con ellos información bíblica que enfoque la atención en los tesoros espirituales. A menudo los hijos pueden percibir el motivo superficial del padre que trata de comprar su afecto. (Proverbios 15:16, 17.)

w11 15/3 pág. 27 párr. 14 Demostremos que estamos listos
14. ¿Qué situaciones pusieron a prueba la fe y el valor de Moisés?
14 A diferencia de los dioses sin vida que adoraban los idólatras egipcios, Jehová, el Dios verdadero, era real para Moisés. Él vivió toda su vida como si pudiera ver “a Aquel que es invisible” y tenía fe en que el pueblo de Israel sería liberado de la esclavitud, aunque no sabía cuándo (Heb. 11:24, 25, 27). Tanto anhelaba ver libres a sus hermanos hebreos que intervino para defender a uno de ellos del maltrato de un capataz (Éxo. 2:11, 12). Sin embargo, como aún no era el momento señalado por Dios, se vio obligado a huir a un país distante. ¡Qué difícil tuvo que haber sido pasar de la opulencia de la corte a la escasez del desierto! Con todo, demostró que estaba listo. ¿Cómo? Manteniéndose atento a las instrucciones divinas. Y gracias a ello, Jehová pudo usarlo para liberar a su pueblo cuarenta años después. Moisés obedeció fielmente la orden de dejar Madián y regresar a Egipto. Por fin había llegado el momento de efectuar la comisión divina, pero esta vez a la manera de Dios (Éxo. 3:2, 7, 8, 10). “El más manso de todos los hombres” necesitó fe y valor para plantarse delante del faraón (Núm. 12:3). Pero lo hizo, no en una, sino en varias ocasiones, conforme iban produciéndose las plagas, y sin saber nunca cuántas veces tendría que volver a encarar a aquel monarca.

w05 15/5 pág. 20 párrs. 1-2 Conozcamos los caminos de Jehová
1, 2. a) ¿Por qué reaccionó Moisés como lo hizo cuando vio a un egipcio maltratando a un hebreo? b) ¿Qué tuvo que aprender Moisés a fin de servir a Jehová?
MOISÉS había crecido en la casa de Faraón, donde lo educaron conforme a la sabiduría que los nobles de Egipto valoraban. Ahora bien, él sabía que no era egipcio, sino que provenía de una familia hebrea. Cuando tenía cuarenta años, decidió salir a inspeccionar a sus hermanos, los hijos de Israel. Al ver que un hebreo era maltratado por un egipcio, no se mostró indiferente; de hecho, dio muerte a este último. Optó por ponerse del lado del pueblo de Jehová y pensó que Dios lo estaba usando para liberar a sus hermanos (Hechos 7:21-25; Hebreos 11:24, 25). Cuando este incidente llegó a saberse, la casa real egipcia lo consideró un delincuente, y tuvo que huir para seguir con vida (Éxodo 2:11-15). Si Moisés iba a ser utilizado por Jehová, tendría que familiarizarse más con Sus caminos. ¿Estaría dispuesto a aprender? (Salmo 25:9.)
2 Durante los siguientes cuarenta años, Moisés vivió en el exilio trabajando de pastor. En vez de amargarse porque parecía que sus hermanos hebreos no lo valoraban, se sometió a las circunstancias que Dios permitió. Y aunque estuvo muchos años sin recibir ningún tipo de reconocimiento público, dejó que Jehová lo moldeara. Bajo la influencia del espíritu santo de Dios, y no para ensalzarse, escribió más tarde: “El hombre Moisés era con mucho el más manso de todos los hombres que había sobre la superficie del suelo” (Números 12:3). Jehová utilizó a Moisés de manera extraordinaria. Si nosotros también buscamos la mansedumbre, Jehová nos bendecirá (Sofonías 2:3).

w03 1/4 pág. 18 párr. 13 La apacibilidad, virtud cristiana esencial
13. ¿Cómo influyeron en Moisés los cuarenta años que residió en Madián?
13 Con 40 años, Moisés tuvo que valerse por sí mismo en el desierto. Cuando llegó a Madián, se encontró con las siete hijas de Reuel y las ayudó a sacar agua para el numeroso rebaño de su padre. Al escuchar el emocionado relato de sus hijas, quienes al volver a casa le contaron que “cierto egipcio” las había librado de unos pastores que las molestaban, Reuel decidió invitarlo a vivir con ellos. Las dificultades que había padecido Moisés no le agriaron el carácter ni impidieron que se adaptara a su nuevo ambiente. Jamás flaqueó en su deseo de hacer la voluntad de Jehová. En el transcurso de cuarenta largos años —en los que se casó con Ziporá, crió una familia y apacentó las ovejas de su suegro—, cultivó y refinó la cualidad que llegó a caracterizarlo. En efecto, las adversidades le enseñaron a ser apacible (Éxodo 2:16-22; Hechos 7:29, 30).

Capítulo 3:


w12 15/6 pág. 21 párrs. 5-6 ¿Por qué poner el servicio de Jehová en primer lugar?
5, 6. a) ¿Qué fin tenía, probablemente, la educación que Moisés recibió? b) ¿Por qué rechazó Moisés las posibilidades que Egipto le ofrecía?
5 Veamos ahora el ejemplo de Moisés, quien fue adoptado por la hija del faraón y creció en un palacio. Como correspondía a un joven príncipe, “fue instruido en toda la sabiduría de los egipcios” (Hech. 7:22; Éxo. 2:9, 10). Es muy posible que esa educación tuviera el fin de prepararlo para destacadas funciones en la corte. Podría haber sido alguien importante en el gobierno más poderoso de su época y haber tenido los lujos, privilegios y placeres propios de su puesto. Pero ¿fue ese su objetivo?
6 Debido a la enseñanza que recibió de sus verdaderos padres en sus primeros años, probablemente conocía las promesas que Jehová les había hecho a sus antepasados Abrahán, Isaac y Jacob, y cifró su fe en ellas. Sin duda reflexionó en su futuro y su lealtad a Jehová, y cuando tuvo que elegir entre ser un príncipe egipcio o un esclavo israelita, prefirió “ser maltratado con el pueblo de Dios más bien que disfrutar temporalmente del pecado” (léase Hebreos 11:24-26). Más adelante siguió las instrucciones de Jehová sobre lo que debía hacer con su vida (Éxo. 3:2, 6-10). ¿Por qué actuó de esa forma? Porque creía en las promesas divinas y llegó a la conclusión de que en Egipto no había ningún futuro para él. Y tenía razón, pues Dios destrozó poco después a aquella nación con las diez plagas. ¿Ve usted cuál es la lección que encierra ese ejemplo para los siervos dedicados de Jehová de la actualidad? Debemos concentrarnos en Jehová y su servicio, no en prosperar o en disfrutar de los placeres de este sistema de cosas.

w11 15/7 pág. 25 párr. 7 ¿Qué es el descanso de Dios?
7. ¿Con qué fin libertó Jehová a los israelitas de Egipto, y qué condición les impuso?
7 En el año 1513 antes de la era cristiana, Jehová le reveló a Moisés lo que se proponía hacer con los israelitas que vivían esclavos en Egipto: “Estoy procediendo a bajar para librarlos de la mano de los egipcios y para hacerlos subir de aquella tierra a una tierra buena y espaciosa, a una tierra que mana leche y miel” (Éxo. 3:8). ¿Con qué fin los libertó? Para convertirlos en su pueblo, tal como le había prometido a Abrahán (Gén. 22:17). Además, les dio un código de leyes que les permitiría disfrutar de paz con él (Isa. 48:17, 18). Pero les impuso una condición: “Si ustedes obedecen estrictamente mi voz y verdaderamente guardan mi pacto [de la Ley], entonces ciertamente llegarán a ser mi propiedad especial de entre todos los demás pueblos, porque toda la tierra me pertenece a mí” (Éxo. 19:5, 6). Como vemos, los israelitas tendrían el privilegio de ser el pueblo de Dios siempre y cuando fueran obedientes.

w05 15/3 pág. 18 párr. 10 “Comprados por precio”
10. ¿Qué ejemplos muestran que no siempre les resultó fácil a los siervos fieles de Dios efectuar Su voluntad?
10 No siempre les resulta fácil a los seres imperfectos efectuar la voluntad de Dios. A Moisés le costó obedecer cuando Jehová le pidió que libertara a los hijos de Israel del cautiverio egipcio (Éxodo 3:10, 11; 4:1, 10). Al recibir la misión de proclamar un mensaje de juicio a los habitantes de Nínive, Jonás “procedió a levantarse y huir a Tarsis de delante de Jehová” (Jonás 1:2, 3). Baruc, el secretario del profeta Jeremías, llegó a cansarse (Jeremías 45:2, 3). ¿Cómo debemos reaccionar en caso de que nuestros deseos y preferencias personales entren en conflicto con la voluntad divina? Una ilustración de Jesús responderá la pregunta.

w05 15/2 págs. 13-14 párrs. 8-9 Orgullosos de ser cristianos
8, 9. a) ¿Cómo expresó Moisés falta de confianza en sí mismo? b) ¿Cómo respondió Jehová a los reparos de Moisés? c) ¿Cómo nos sentimos ante las tranquilizadoras promesas de Jehová?
8 ¿Deben los cristianos que a veces pasan por momentos de inseguridad sentir que han fallado? ¡Claro que no! Es más, puede resultarles consolador saber que no son los primeros en sentirse así, sino que fieles testigos de Dios de la antigüedad también experimentaron la misma sensación. Tomemos por ejemplo a Moisés, quien manifestó fe, lealtad y devoción extraordinarias. Cuando se le encargó una misión a su juicio muy difícil, preguntó titubeante: “¿Quién soy yo [...]?” (Éxodo 3:11). Es posible que Moisés estuviera pensando: “Yo soy un don nadie” o “Soy un inepto”. Quizás le hicieron pensar de ese modo algunos aspectos de su pasado, como pertenecer a una nación de esclavos o haber sido rechazado por los israelitas; por otra parte, no se expresaba con soltura (Éxodo 1:13, 14; 2:11-14; 4:10). Además, era pastor, una labor que detestaban los egipcios (Génesis 46:34). No es de extrañar que se sintiera incapaz de liberar de la esclavitud al pueblo de Dios.
9 Jehová tranquilizó a Moisés formulando dos grandes promesas: “Yo resultaré estar contigo, y esta es la señal para ti de que soy yo quien te ha enviado: Después que hayas sacado de Egipto al pueblo, ustedes servirán al Dios verdadero sobre esta montaña” (Éxodo 3:12). Dios le aseguró a su vacilante siervo que siempre lo respaldaría y que sin falta libertaría a Su pueblo. A lo largo de los siglos, Dios ha hecho promesas de apoyo similares. Por ejemplo, justo antes de que los israelitas entraran en la Tierra Prometida, se valió de Moisés para decirles: “Sean animosos y fuertes. [...] Jehová tu Dios es el que marcha contigo. No te desamparará ni te dejará enteramente” (Deuteronomio 31:6). Jehová también le aseguró a Josué: “Nadie se plantará con firmeza delante de ti en todos los días de tu vida [...;] resultaré estar contigo. No te desampararé ni te dejaré enteramente” (Josué 1:5). Y a los cristianos promete: “De ningún modo te dejaré y de ningún modo te desampararé” (Hebreos 13:5). Contar con tal respaldo debe hacernos sentir orgullosos de ser cristianos.

w05 15/5 pág. 21 párr. 6 Conozcamos los caminos de Jehová
6. ¿Qué destacó Jehová cuando comisionó a Moisés?
6 En el momento de comisionar a Moisés, Jehová destacó la importancia del nombre divino. Era esencial respetar dicho nombre y a Aquel a quien representaba. Cuando Moisés le preguntó por su nombre, Jehová le respondió: “Yo resultaré ser lo que resultaré ser”. Además, Moisés tendría que decir a los hijos de Israel: “Jehová el Dios de sus antepasados, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, me ha enviado a ustedes”. A esto Jehová añadió: “Este es mi nombre hasta tiempo indefinido, y este es la memoria de mí a generación tras generación” (Éxodo 3:13-15). Jehová sigue siendo el nombre por el cual conocen a Dios sus siervos en toda la Tierra (Isaías 12:4, 5; 43:10-12).

w11 15/5 pág. 22 párr. 7 ¡Qué profunda es la sabiduría de Dios!
7. ¿Qué nos enseña la descripción que hace Jehová de sí mismo en Éxodo 3:14?
7 Ciertamente, Dios ha demostrado una gran capacidad de adaptación al llevar a cabo su propósito. Y esto está en armonía con la descripción que hizo de sí mismo al darle una comisión a Moisés. Cuando Moisés señaló ciertos obstáculos que podrían impedirle cumplir dicha comisión, Jehová lo tranquilizó diciéndole: “‘Yo resultaré ser lo que resultaré ser’. Y añadió: ‘Esto es lo que has de decir a los hijos de Israel: “Yo resultaré ser me ha enviado a ustedes”’” (Éxo. 3:14). Con esta descripción de su persona, Jehová destacó su capacidad de llegar a ser todo lo que haga falta a fin de llevar a cabo su propósito. El apóstol Pablo ilustra este hecho de manera magistral en el capítulo 11 de la carta a los Romanos, donde habla de un árbol simbólico, un olivo. Todos nosotros —tanto si esperamos vivir eternamente en el cielo o en la Tierra— hacemos bien en examinar esta comparación, pues nos ayudará a comprender mejor lo profunda que es la sabiduría divina.

w11 15/3 págs. 26-27 párr. 13 Demostremos que estamos listos
13. ¿Qué ayudó a Moisés a no olvidar las promesas divinas?
13 Es muy probable que la educación que Moisés recibió de sus padres en la infancia le ayudara a comprender que era absurdo adorar ídolos, tal como hacían los egipcios (Éxo. 32:8). Ni el sistema educativo del país ni el esplendor de la casa real consiguieron que abandonara la religión verdadera. De seguro había meditado a fondo en lo que Jehová les había prometido a sus antepasados y tenía muchas ganas de demostrar que estaba listo para efectuar la voluntad divina. Por eso, cuando se presentó a los israelitas, pudo decirles: “Jehová [...], el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, me ha enviado a ustedes” (léase Éxodo 3:15-17).

Capítulo 4:


w09 15/1 págs. 10-11 párr. 17 La obra de hacer discípulos produce gran felicidad ***
17. ¿Qué podemos hacer si no nos sentimos capaces de dirigir un estudio?
17 Si no nos sentimos capaces de dirigir un estudio, ¿qué podemos hacer? Recordemos que Jehová ayudó a Moisés dándole su espíritu santo. Además, hizo que su hermano Aarón lo acompañara (Éxo. 4:10-17). Por su parte, Jesús prometió que el espíritu de Dios ayudaría a sus discípulos en la predicación (Hech. 1:8). Y mostró la conveniencia de tener un compañero al enviarlos a predicar de dos en dos (Luc. 10:1). De modo que si le resulta difícil conducir un estudio bíblico, pídale a Dios que le dé sabiduría y espíritu santo, y busque un compañero de experiencia con el que se sienta seguro. Es muy animador recordar que Jehová ha decidido usar personas comunes y corrientes —“las cosas débiles del mundo”— para llevar a cabo su maravillosa obra (1 Cor. 1:26-29).

w04 15/3 págs. 24-25 Puntos sobresalientes del libro de Éxodo
Respuestas a preguntas bíblicas:
Éxodo 4:11. ¿En qué sentido ‘asigna Jehová a los mudos, sordos y ciegos’? Aunque ha habido ocasiones en que Jehová ha causado ceguera y sordera, no es responsable de todas las discapacidades de esa clase (Génesis 19:11; Lucas 1:20-22, 62-64). Dichos defectos son el resultado del pecado heredado (Job 14:4; Romanos 5:12). Ahora bien, como Dios ha permitido que exista esta situación, podía decir, con referencia a sí mismo, que “asignó” a los mudos, sordos y ciegos.

Capítulo 6:


w12 15/2 pág. 11 párr. 5 Seamos animosos y muy fuertes
5. ¿Cómo demostró Moisés fe y valor?
5 Moisés fue otro ejemplo de fe y valor (Heb. 11:24-27). Entre los años 1513 y 1473 a.e.c., Dios lo utilizó para liberar a los israelitas de Egipto y guiarlos por el desierto. Moisés no se sentía capaz de cumplir esa comisión, pero aun así la aceptó (Éxo. 6:12). Acompañado por su hermano Aarón, se presentó una y otra vez ante el tiránico faraón para anunciar sin miedo las diez plagas con las que Jehová humilló a los dioses egipcios y libertó a su pueblo (capítulos 7 a 12 de Éxodo). ¿Qué lo ayudó a actuar con fe y valor? El apoyo constante de Dios, el mismo apoyo con el que contamos nosotros (Deu. 33:27).

Referencias consultadas en el sitio: "Biblioteca en línea Watchtower"